jueves, 7 de enero de 2016

Te veo

Te veo, en todas partes te veo.

En la risa inocente de un niño, en la mirada amorosa de una madre a su bebé
en los cuidados protectores de un padre con su hija, en las travesuras hechas con hermanos, en el consejo de un amigo. Te veo en el paseo de una pareja enamorada tomados de la mano, te veo en la tranquilidad de la noche, en el silencio del amanecer, y los colores vivos de la mañana. Te veo en los versos románticos de un libro, y en las escenas lindas de una película.
Cierto es que te veo en todo lo hermoso del mundo,
y más cierto aún, es que te extraño cada maldito segundo que pasa, no voy a negarte que aún te sigo viendo a lado mío mientras tomo mi café por las mañanas, frente a nuestra hija, que bajo su inocencia me sigue preguntando cuándo volverás, quisiera tener su candor y pensar que volverás pronto, pero me es imposible vivir creyéndolo, sé que nunca volverás, por más que lo quisiera, sé que justo hoy hace 1 año, venías regresando del trabajo a casa, contenta y con un regalo en el asiento del copiloto por el primer cumpleaños de nuestra hija, la luz, esperanza y vida de nuestros ojos, nuestra hija con la que soñabas desde nuestro primer mes de casados, nuestra hija a la que ya tenías resuelto su nombre desde que tenías 15 años, nuestra hija por la que sé que es posible amar a más de una mujer al mismo tiempo… venías por la avenida principal y enfocada como siempre en el camino y deseosa de llegar a casa, y hubiese sido así de no ser por aquél irresponsable y estúpido borracho que se pasó un alto y terminó estrellándose contra ti, destruyendo el auto y este sueño de crecer como familia y como seres humanos, ese estúpido que nos quitó a nuestra hija y a mí a la mujer más maravillosa e increíble del mundo.

Los paramédicos y doctores me dijeron que moriste de forma instantánea, sin dolor alguno, ojalá no hubiese pasado el accidente, pero pasó, y espero que sí haya sido de esa manera, instantánea... todas las noches después de dormir a nuestra hija, deseo y anhelo que no hayas sufrido en el accidente… ¿sabes? El regalo que le compraste le encanta, juega todos los días con él, supongo que de alguna manera, sabe que es tuyo y te juro que con ningún juguete se divierte y se entretiene tanto como con ese, gracias por regalárselo, gracias por hacerla reír desde lejos con ese juguete porque debo admitirte que me ha sido difícil sonreír y hacerla sonreír estos últimos 2 años, pero siempre que la veo divertirse, créeme que me regresa la alegría al cuerpo, su sonrisa me recuerda muchísimo a ti… te extraño demasiado, te extrañamos muchísimo…
en unos años nuestra hija crecerá y entenderá lo que pasó, le contaré de lo espléndida y divertida que era su madre y que la amaste de una manera inconmensurable, que la amaste sobre todas las cosas. Le contaré de lo mucho que hiciste por nosotros, y por mí, le hablaré de nuestro amor y no te preocupes, cuando quiera tener novio, me aseguraré que la respete, que la ame y la trate como se merece…

Bueno amor, nuestra hija ya comenzó a llorar, creo que tiene hambre, le di biberón hace 3 horas pero supongo que le dio hambre, tú eras tan buena para interpretar sus llantos, pero te juro que ya estoy aprendiendo cada vez mejor.
Será mejor que me lavé la cara y me limpié las lágrimas, no quiero que vea a papá llorar. Adiós amor, te amo. Te extraño. Muchísimo.

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